23 Abril 2013
Joan Fuster decía "Leer es una forma de vida y cada uno vive cómo quiere". De la misma manera, cada uno de los millones de usuarios de las redes sociales las utiliza a su manera.
En mi caso, tras la más que común etapa de indiferencia, me he convertido en un defensor a ultranza de las mismas y de todo lo que rodea la web 2.0. Yo no veo más que ventajas en estas nuevas herramientas que nos ofrece el siglo XXI, es totalmente anacrónico e ineficiente darle la espalda. Es más, los profesionales de la comunicación y la educación tenemos el serio deber de propagar su conocimiento y buen uso.
Y de esta manera, llegamos a su aspecto más controvertido: el uso. En este sentido, hallaremos a los usuarios con intereses comerciales (nada que objetar), a los profesionales que buscan información (que luego transformarán en conocimiento) y a los usuarios que simplemente quieren relacionarse por ocio (la mayoría). Huelga decir que no son cajones estancos.
No hay nada de malo en ello, pero como en todo puede haber un uso mejor o peor...A veces, me entristece pensar que pueda quedar en un mero entretenimiento fútil de la misma manera que ha ocurrido con la televisión. Por eso, yo además de mis intereses personales y profesionales me comprometo a buscar y difundir un fin constructivo a las redes sociales...Quién viene conmigo?